dimecres, 3 de març del 2010

¡Venga! ¡Vamos todos a confesarnos! ¿Y qué queda para mí?

Brown, Gostling, Terry, Ford… hemos tenido una racha de revelaciones. Pero las únicas aceptables son aquellas que no tienen ánimo de lucro.


MARIA PETRUS

En esta última semana no ha habido ningún día en que no salieran a la luz los trapos sucios de algún famoso. Pero los escándalos sexuales, arrepentimientos o rencores ya no se ciñen sólo a las revistas del corazón. También personajes políticos, deportistas o escritores se ven envueltos en estas polémicas. Por un lado, uno de los temas candentes ha sido la entrevista realizada por Pierce Morgan a Gordon Brown. La vida privada del Primer Ministro empezó a hacerse pública a raíz de su campaña electoral. Pero Tiger Woods también se ha cubierto de gloria. Ha conseguido la casi imposible proeza de dignificar el nombre de John Terry. Terry simplemente aceptó su destitución y pidió disculpas a su mujer. Woods, en cambio, ha tenido que bajarse los pantalones públicamente. Una disculpa que ocupó seis minutos en las noticias de la BBC. Esto recuerda a aquel momento en que Bill Clinton pronunciaba una plegaria después del caso Lewinsky. “Supongo que no hay ninguna manera glamurosa de decir que he pecado”.Los braguetazos de Martin Amis son también objeto de polémica. Por un lado, Tamasin Day-Lewis ha confesado que se acostaban cuando eran más jóvenes y dice ser ella "la tentación de las piernas largas" que aparece en su última novela. Pero Anna Ford quizás ha sido más crítica con él. Cuenta que la susceptibilidad de Amis hacia las críticas se debe a "su narcicismo y a su incapacidad de identificarse” y que tiene a su familia bastante olvidada.

Quizá Gordon y Sarah Brown se han visto con derecho a manifestar su dolor como padres -aunque sea sólo por ganar votos-, Tiger Woods quiere dejar claro que fueron ellas las que se hecharon a sus brazos y Day-Lewis que tiene buenas piernas. Lo cierto es que desvelar aspectos de la vida privada se ha convertido en un negocio. Lo razonable es hacerlo para dignificar la propia imagen pública pero lo más común es hacerlo por fines lucrativos -como ganar votos, conseguir patrocinios o hacer caja. Pero si toda tu vida privada pasa a ser pública, ¿qué queda entonces para contar a tus amigos y familia?

0 comentaris:

Publica un comentari a l'entrada