Con su obra abrió el debate sobre la cuestión valenciana
EL PRIMER VALENCIANO QUE HABLÓ
Joan Fuster fue el primero en plasmar una visión sobre la verdadera realidad del País Valenciano
El ensayista valenciano fallece a los 70 años en su residencia de Sueca
MARIA PETRUS
"Muy a menudo, casi siempre, callar es también mentir". Fiel a sus principios, Joan Fuster dedicó su vida a plasmar el problema del catalanismo en el País Valenciano. Una cuestión que hasta entonces nadie había planteado -o no se atrevió a plantear. Por ello, a él se le debe una de las grandes reflexiones del nacionalismo valenciano. Su aportación literaria sirvió para dar una visión más clara sobre la identidad, cultura, lengua e historia valenciana. Gracias a su labor, se pudo abrir el debate sobre esta cuestión nacional e identitaria. Joan Fuster, el mejor ensayista que haya habido en lengua catalana, murió ayer en Sueca a los 69 años.
Nació en el seno de una familia de agricultores. Se inició en el Partido Carlista, como su padre, pero cuando publicó Nosaltres,els valencians se declaró liberal. Su principal arma literaria fue el ensayo o, como lo definía él, “la literatura en mangas de camisa”. También destacó por su labor como columnista en El correo catalán o La Vanguardia y por su obra poética.
Fuster sentía que el País Valenciano carecía de una reflexión seria y por eso se comprometió en abordar temas que nunca antes se habían planteado convenientemente. “Cada acción que nosotros no hagamos, será hecha contra nosotros”. En Nosaltres, els valencians habla de la situación de Valencia como una dualidad nacional disoluble. Se dice que el entorno humilde en el que vivió fue la clave para que pudiera plasmar esa particular visión. De todos modos, fueron muchas las aportaciones de Fuster que le obligaron a luchar contra la censura o las iras de aquellos que no estaban de acuerdo con sus planteamientos.
Gracias a su gran compromiso, en 1975 recibe el Premio de Honor de las Letras Catalanas y en 1983 la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña. Un año más tarde, se le concede la titularidad de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Barcelona y por la Universidad Autónoma de Barcelona. Los últimos años de su vida los dedicó plenamente a la investigación y la cátedra universitaria. Su significación histórica fue tan remarcable que marcó un antes y un después en el País Valenciano.
EL PRIMER VALENCIANO QUE HABLÓ
Joan Fuster fue el primero en plasmar una visión sobre la verdadera realidad del País Valenciano
El ensayista valenciano fallece a los 70 años en su residencia de Sueca
MARIA PETRUS
"Muy a menudo, casi siempre, callar es también mentir". Fiel a sus principios, Joan Fuster dedicó su vida a plasmar el problema del catalanismo en el País Valenciano. Una cuestión que hasta entonces nadie había planteado -o no se atrevió a plantear. Por ello, a él se le debe una de las grandes reflexiones del nacionalismo valenciano. Su aportación literaria sirvió para dar una visión más clara sobre la identidad, cultura, lengua e historia valenciana. Gracias a su labor, se pudo abrir el debate sobre esta cuestión nacional e identitaria. Joan Fuster, el mejor ensayista que haya habido en lengua catalana, murió ayer en Sueca a los 69 años.
Nació en el seno de una familia de agricultores. Se inició en el Partido Carlista, como su padre, pero cuando publicó Nosaltres,els valencians se declaró liberal. Su principal arma literaria fue el ensayo o, como lo definía él, “la literatura en mangas de camisa”. También destacó por su labor como columnista en El correo catalán o La Vanguardia y por su obra poética.
Fuster sentía que el País Valenciano carecía de una reflexión seria y por eso se comprometió en abordar temas que nunca antes se habían planteado convenientemente. “Cada acción que nosotros no hagamos, será hecha contra nosotros”. En Nosaltres, els valencians habla de la situación de Valencia como una dualidad nacional disoluble. Se dice que el entorno humilde en el que vivió fue la clave para que pudiera plasmar esa particular visión. De todos modos, fueron muchas las aportaciones de Fuster que le obligaron a luchar contra la censura o las iras de aquellos que no estaban de acuerdo con sus planteamientos.
Gracias a su gran compromiso, en 1975 recibe el Premio de Honor de las Letras Catalanas y en 1983 la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña. Un año más tarde, se le concede la titularidad de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Barcelona y por la Universidad Autónoma de Barcelona. Los últimos años de su vida los dedicó plenamente a la investigación y la cátedra universitaria. Su significación histórica fue tan remarcable que marcó un antes y un después en el País Valenciano.
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